domingo, 4 de diciembre de 2011

Esa extraña sensación de...

tener ganas de estar un rato a solas con ella, y al mismo tiempo ese miedo que te atraviesa el cuerpo entero, igual que una bocanada de aire frío, que te incita a separarte de ella lo más pronto posible...
Mucho tiempo llevaba ya sin verla, y seguía viéndola igual, como si no existiese otra cosa más allá del espacio que le rodea, pero esta vez ya no ha sido lo mismo dentro de las misma similitud de la última tarde. ¿El por qué? No lo se, ojalá y lograra encontrar una respuesta a esto... Quizás un café a media tarde a solas u otros cuatro meses sin verla, me podrían dar la clave.

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