Amores platónicos y demás.

Dicen que el primer amor nunca se olvida, también dicen que donde hubo fuego, quedarán siempre cenizas, que los besos es como otra acción cualquiera cuando le falta su esencia, el amor.
Tu me mirabas, yo le mentía.
Yo se que no concibo otra realidad si no es contigo, te imagino en cualquier momento, te recuerdo como si el tiempo pasado hubiera sido una derrota, y el venidero como una victoria, conformándote con encontrar con mi amor, el secreto de tu boca.
Yo te sigo queriendo, tu permaneces callada.
Pero te quiero, en todos los tiempos y personas del verbo, más que a mi mismo. Yo te amo, tu me ignoras, pero no me daré por vencido, mis expectativas no tienen fronteras cuando de ti se tratan. Seguirás siendo ese amor obsesivo que lentamente me mata...
Yo te amaré y te dedicaré cada día, desde el amanecer hasta que el sol acabe cansado, hasta que se te acaben tus dudas, yo te seguiré esperando...

No te siento, no te recuerdo...

No son más que tres meses,
cien noches, trece días,
días en los que te sentía cerca
y te imaginaba amándote.

Días largos, sueños tristes,
en la utopía que cree sobre tus besos,
besos consentidos e imaginarios,
cuando leo las venas de mis versos.

Yo tan solo, sumido en tus deseos,
perdido en tu sonrisa despiadada,
como un anuario maltrecho
al que le falta su mes de Abril.

Esperé cien noches, trece días,
pero mis sueños no te tocaban.
Ahora no puedo, ya no te quiero,
ya no te siento, no te recuerdo.