A veces el viento torna su dirección,
una dirección hacia ningún lugar cada 14 de Febrero,
viene y se va, rompiendo el camino de los susurros
que se ocupaban de equilibrar el desconsuelo.
Ya no canto en francés,
ni sueño con amaneceres en París,
y olvidé que Cupido era quien que lanzaba
las flechas que me hacían enamorarme de ti.
Pero lo que hago es vestir de largo esta imaginación,
y sacarla los domingos por la tarde a pasear,
y volver donde nunca nos llegamos a encontrar
para que te escriba como cada noche un rock'n'roll.
Y muero cada noche al acabar el compás,
y pierdo las llaves de mi habitación de hotel
para superar los vicios que nunca quise asumir,
o para disimular que echo de menos que aquí ya no estés.
Será que duermo, y desapareciste de mis sueños.
Será que sueño contigo al dormir con desconocidas.
Será que nos miramos de frente y nos damos la espalda.
Será que escueces sin doler, y tu ausencia se extraña.
Pero todo es tan diferente desde que no estás,
será que desapareciste de esta ciudad,
será que llegó la lluvia de invierno y no te escucho cantar...